Nuevas crisis socioculturales, políticas y ambientales nos atraviesan como humanidad aunque, desde algunos sectores, se esfuercen por ocultarlas. Existe una declaración de emergencia que prospecta un deterioro socioambiental cada vez más rápido e irreversible que determina la grave pérdida de recursos y espacios naturales y por ende de la humanidad. Sin embargo, como personas pertenecientes a diversas sociedades continuamos, en gran medida, ejerciendo las prácticas para la vida como si tal emergencia no existiese, de tal forma que llegamos a construir “comunidades dormidas” que naturalizan problemas de diversas dimensiones (sociocultural – política – económica – ecológica – otras) y en distintos niveles (hogares, barrios, comunidades, países, planeta) agravando la situación. De esta manera, quedan intactos los intereses actuales de las grandes multinacionales, que determinan y han distorsionado los verdaderos roles, decisiones y prácticas de los gobiernos, y definido a lo largo de las últimas décadas el comportamiento y las conductas de las sociedades.
Lo/as habitantes de Puerto Madryn no estamos ajenos a dicha situación mundial, principalmente porque formamos parte de territorios regidos, desde la constitución de los estados, bajo modelos económicos de tipo extractivistas como la pesca industrial, la minería (a cielo abierto, canteras, industrias que procesan plomo, aluminio y hierro), sistemas agrícolas contaminantes, basados en monocultivos y con alta dependencia de agrotóxicos o tecnología y la ganadería extensiva basada en el sobre-pastoreo de pastizales y mallines entre las principales problemáticas regionales. Este modelo político-económico otorga grandes ventajas e impactos positivos a empresas transnacionales o multinacionales ya poderosas y a un pequeño sector nacional de élite (oligarquías estancas) en detrimento de las economías regionales y de la salud socioambiental de los territorios que saquean. En este contexto conflictivo, surge la indagación constante acerca de las instituciones u organizaciones locales que problematizan las diversas y preocupantes situaciones sin estar atravesadas por conflicto de intereses y sin estar subsidiadas o sustentadas en parte por aportes económicos de los sectores que se requiere poner en foco. Las cátedras libres invitan al re-pensar/sentir/actuar y dan un marco posible para reunirnos como comunidad y trabajar en pos de una recuperación de la salud socioambiental, su re-construcción y perdurabilidad.
En este sentido nos propusimos generar un espacio participativo de reflexión y construcción colectiva de conocimientos teóricos y prácticos sobre agricultura, salud y alimentación desde un enfoque sistémico que contemple las dimensiones ecológica, económica y sociocultural de la sustentabilidad.
Objetivos de la CaLiASA:
• Visibilizar y debatir conflictos actuales vinculados a la ASA a nivel mundial, latinoamericano y regional.
• Investigar y conocer experiencias que sean económicamente posibles, ecológicamente adecuadas y socioculturalmente aceptadas, pudiendo responder a preguntas cotidianas sobre problemáticas en Puerto Madryn y alrededores.
• Construir y validar herramientas y prácticas locales que promuevan la agroecología, la salud colectiva, la economía social y solidaria, y el Buen Vivir, pudiendo ser validadas participativamente para su elección, práctica y legitimación colectiva.
• Generar y fortalecer redes de intercambio de información y canales de comunicación, y fortalecer la autogestión para el cuidado de bienes y servicios comunes vinculados a la ASA.
• Propiciar un espacio de formación académica de grado, posgrado y actualización.
• Participar activamente en la generación de políticas públicas en relación a la ASA.
Coordinadora de cátedra: Marina Richeri
Equipo de cátedra: Rita López Laphitz, Jorgelina Frías, Estefanía Oyharçabal, Mariana Grandmontagne, Soledad Goye, Lucas Misseri, Claudia Verónica Espinosa, Marcelo Willhuber, Verónica Naves, Rodrigo García y un gran grupo colaborador acompañados por diversas agrupaciones y movimientos sociales e instituciones.